Entrevista a nuestro instructor de Krav Maga
Maxi es nuestro instructor de Krav Maga en nuestro gimnasio de Las Rozas:

Llevo 6 años practicando Krav Maga y antes de meterme de lleno en esta disciplina, estuve unos meses en boxeo en los que aprendí los fundamentos de este deporte. No es tanto que me guste más practicar o enseñar, sino que lo considero parte del aprendizaje. En el poco tiempo que llevo dando clases he asentado muchísimos conceptos, que de no ser por la impartición de las clases nunca hubiese tenido en cuenta en la práctica. Por lo tanto, creo que lo que más empuja a uno a seguir enseñando es que en cada clase aprendes algo nuevo.
Definitivamente, a lo que más importancia doy es a la técnica. Creo que el entrenamiento con resistencia se debe practicar una vez queden bien asentados los conceptos teóricos, sino es empezar la casa por el tejado. En Kisul hemos tenido la gran ventaja de que todo el grupo ha empezado mas o menos con el mismo nivel y así nadie se pierde porque acabe de empezar ni nadie se aburre por ser veterano.
El Krav Maga es un sistema realista, eficaz y relativamente fácil de aprender. Por otra parte, considero que la calle es un escenario muy complejo y si realmente quieres aprender a defenderte tienes que probar varias disciplinas y extraer por tí mismo lo mejor de cada una. Por experiencia propia, le diría a mis alumnos que a través del Krav Maga pueden conseguir seguridad en uno mismo, control del estrés, identificación de situaciones conflictivas y evitación de las mismas…
El Krav Maga es un sistema que se basa en la reacción y en la capacidad de tomar la decisión más correcta. En tu día a día te vas a encontrar situaciones similares aunque no sea en una situación callejera. Ahora mismo me encuentro en una etapa en la que ando volcado en este sistema, así como otras disciplinas para poder complementar lo aprendido. No sé dónde acabaré; lo que tengo claro es que donde sea que esté, seguiré con la misma disciplina que me ha llevado a estar donde estoy ahora. Y mientras pueda, estaré en el Dojo Kisul, por ese ambiente acogedor que los tatamis tradicionales transmiten.